Atilio  Francois, el León de Carmelo

El jalón más alto logrado por el ciclismo Americano hasta la década del 50’, lo alcanzó Atilio Francois en París, en los meses del verano europeo de 1947 El ciclismo uruguayo. Ya consagrado en toda América, logró llegar, —algo insólito para la historia de este deporte— a las finales de persecución, cayendo al final, en la última prueba, después de cumplir cuatro performances que los periódicos de todo el mundo calificaron de extraordinaria. La magnífica calidad técnica, la alta moral deportiva y las extraordinarias condiciones físicas del gran rutero de Carmelo, hicieron posible la hazaña cumplida en el Parc des

El jalón más alto logrado por el ciclismo Americano hasta la década del 50’, lo alcanzó Atilio Francois en París, en los meses del verano europeo de 1947 El ciclismo uruguayo. Ya consagrado en toda América, logró llegar, —algo insólito para la historia de este deporte— a las finales de persecución, cayendo al final, en la última prueba, después de cumplir cuatro performances que los periódicos de todo el mundo calificaron de extraordinaria.

La magnífica calidad técnica, la alta moral deportiva y las extraordinarias condiciones físicas del gran rutero de Carmelo, hicieron posible la hazaña cumplida en el Parc des Princes de la capital francesa.

Llegamos así al miércoles 30 de Julio, día para el cual se habían fijado las semifinales y la final. Cuatro hombres, Benfenati de Italia, Guillemet de Francia, Andersen de Dinamarca y Francois de Uruguay.

A nuestro compatriota  le tocó enfrentar primero al francés Guillemet y logró resonante triunfo en un tiempo de 5’16’’4/5 con una ventaja de 55 metros. Al conocerse la noticia en el Uruguay, la alegría de nuestro pueblo fue indescriptible y allá en Carmelo, miles de personas vivaban el nombre de su hijo pródigo.

La famosa carrera final entre el gran campeón italiano Benfenati y nuestro Atilio es ya parte de la gran historia del ciclismo mundial. La derrota de Francois, que debió pagar tributo a tanto esfuerzo ante un rival indiscutiblemente superior, no empaño sus triunfos anteriores.

La final la ganó Benfenati es cierto, pero nuestro Atilio Francois ganó también un sitial de honor en el ciclismo mundial y logró para el Uruguay un reconocimiento  que aún hoy es motivo de orgullo para este deporte.

Por: Roberto Altieri
Extraído de “Estrellas Deportivas”

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