¡Cayó la flor al río!!
Los temblorosos círculos concéntricos
balancearon los verdes camalotes
y en el silencio del juncal murieron.
Las aguas se han cerrado,
las algas despertaron de su sueñ,
y a la flor abrasaron, que moría,
falta de luz, en el profundo légamo…
Las grietas del sepulcro
han engendrado un lirio amarillento;
tiene el perfume de la flor caída,
su misma palidez…¡La flor ha muerto!
Así el himno sonaba
de los lejanos ecos;
así cantaba el urutí en las seibas,
y se quejaba en el sauzal el viento.
Por: Juan Zorrilla de San Martín
Segmento de ‘’Tabaré’’